“Las cosas NO cambian; cambiamos nosotros”.

#HenryDavidThoreau

ANTONELLA BORDON, vive en Buenos Aires y cuando tenía 12 años estuvo encerrada 260 días en su casa. Hizo una promesa: dejarse crecer el pelo hasta que volviera a tener clases presenciales. “Cuando vuelva a clase, sabrán que soy una persona DIFERENTE, me siento como una persona diferente”.

Sí, la pandemia. Casi dos años robados. Su melena creció hasta llegar a los tobillos, una curiosa #Rapunzel Cuando la vida escolar retomó cierta normalidad se cortó el cabello, que fue donado para pelucas oncológicas.

AMIGA P se pinta siempre los labios de rojo desde que se separó de su marido, antes nunca se maquillaba.

AMIGO T se mudó a un pueblo cuando dejó su trabajo en un importante despacho de abogados en el centro de la ciudad. Ahora tiene un huerto.

TÍO M se compró un chándal cuando se jubiló, nunca había tenido uno.

TÍA L se apuntó a clases de informática cuando mi prima se fue a vivir al extranjero. Hacía videollamadas mucho antes que yo.

Nos hacemos la promesa. La PROMESA del CAMBIO. Y es que ese cambio es, siempre, el motor del propio cambio. El que necesitamos. El que nos da miedo.

Pero dejamos de resistirnos… Adiós. De lo que tengo miedo es de mi miedo.

Un peinado, un vestido, una bici, un curso de cocina, un club de lectura. Todo sirve. Todo empuja.

Ayer estuve viendo fotos antiguas. Bueno, no tan antiguas… En unas tenía el pelo corto, en otras muy largo. Ahora, la media melena. La esperanza de vida de una mujer, según el INE, es de 87,7 años. Será porque estoy (estadísticamente) en el medio de mi VIDA, de TODO.

PD. “El cambio es la única cosa INMUTABLE”

Fotografía de #IrinaIrwing Durante varios años ha fotografiado a niñas con el cabello largo.

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